lunes, 20 de octubre de 2014

Señor Espiga y los 10 seguidores.

Salimos del tatuaje como a las 12 de la noche, volaos como cerdo porque el tatuador se rajó con maría. Con papel transparente. Y además comimos sushi, fue una noche la zorra.
- Como que siento que ya pasamos por esta calle
- Sí weon yo igual siento que se me repiten las calles
- Y la weá está super leeeejos... oh que estoy volá...
Caminamos a un paradero, tomamos una micro que nos dejó en San Pablo no sé cómo. Compramos una sopaipilla para mi y una empanada jamón queso para tí. Nos fuimos en taxi y nos bajamos antes porque la weá nos salió más cara de lo que pensaba. Caminamos hasta la casa mientras me contab la historia del Señor Espiga que dejaba que los perro lo aspiraran por la nariz y cuando lo botaban revivía y les chupaba la vida para aumentar sus habilidades.
Le hice huevo revuelto y un té para los dos. Me acosté en la cama porque quería jugar LOL pero me di cuenta de que en ese estado me era imposible. El Dante tenía que hacer un trabajo pa la U, per se rindió, dijo que no iría a clases y se tiró sobre mi cama a descanzar. Yo cerré el LOL y dejé el PC en el piso, porque no podí jugar, me metí en mi cama y prendí la tele. Apagué la luz para dormir y él seguía ahí.
- Porfa tápate...
- No quiero
- Ya po wón tengo sueño quiero dormir acuéstate
- Estoy acostado
- Bajo las tapas...
- Ay pero dónde me acuesto?
- Weón ahí tenís una cama y acá otra, tápate.
El muy barsa teniendo una cama entera pa él solo, dijo "ña" y se metió en la mía; entonces obvimente quería salseo. Puso su brazo debajo de mi cuello y se acomodó a dormir. Yo vi Dr. House un rato hasta que me choreó. Apagué la tele y me di vuelta, lo abracé y entrelacé mis piernas con las suyas, y me apreté a su cuerpo. Como había pasado antes el weón comenzó a acercar su boca a la mía y esta vez yo le di el beso; pero impresionantemente no me causó tantas weás en la guata como las otras dos veces, sus besos de hecho resultaban harto torpes y fomes.
Comencé a besarle el cuello y a morderlo y el weón me apretó contra su cuerpo por la cintura. Seguí besándolo así, le levanté la polera y empecé a bajar. El Dante no dijo nada, hasta que llegué bien abajo, pasando el ombligo.
- No Fefa, no, no, no
- Por qué no?
- Porque no... - me respondió cagado de la risa y nervioso porque esta vez si se iba a dejar, y en verdad no planeaba detenerme. Lo miré, sonreí y volví a bajar, hasta que me lo encontré de frente y PUM.
- Me violaste
- No vi que te resistierai mucho en verdad
- Jajaja
-Jajaja
Volvió a abrazarme y le pedí que me contara una historia. Siguió con la historia del Señor Espiga y nunca logré seguirle el hilo. Pero recuerdo que juguetié con su mano mucho rato y estuvimos entretenidos un buen rato hasta que nos quedamos raja.
Al otro día nos despertamos, fue al baño a limpiarse el tatuaje y volvimos a mi pieza. Me puse a ver tele, y de nuevo puso su brazo bajo mi cuello. Me puse de lado porque abrimos la ventana, puso su otro brazo encima y me apretó fuerte. Así regaloneamos toda la mañana. Ahora me arrepiento de no haberle dado más besos en el cuello, y en los labios, y quizás podía llegar a ser más tierno.
Me estoy enganchando y desenganchando a la vez, pero siento que él también se está enganchando un poco de mí, así que pase lo que pase, me gustan las cosas así.
Ojalá vaya al carrete del Tomás y nos encontremos de nuevo. Si no lo llamo y le digo que me gusta, sí.

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