Yo llegaba y me encontraba contigo en la puerta. Y llegar a la sala era interminable. Había que caminar como 5 cuadras de pasillos, caminos y placitas para encontrar las escaleras. En verdad no era el Carmela como siempre. Era otro colegio, pero era el Carmela. Entrabamos a la sala de mi nuevo curso. En donde éramos compañeras. Donde también estaba la Alyn. Y trataba de sentarme lo más lejos posible de ella porque me cae mal. Y me sentaba con una tipa que nunca en mi vida había visto, porque tú desaparecías. Y llegaba el Pipe y otros tipos que tampoco conozco y se sentaban al final. Y yo le decía al Pipe que se sentara conmigo porque no conocía a nadie. Y ahí apareció el Toro a su lado y me dijo "Fefa, estoy sentado con el Toro, cagaste". Gracias Pipe. De ahí me arrancaba porque no quería clases. Y bajaba y seguía al Pipe que también salía del Carmela. Y en verdad no entendía por qué el estaba en el Carmela, si era un colegio de minas. Y habían vuelto a clases. Y a mi me dijeron "te gusta más el Carmela? entonces te cambiamos al Carmela". Llegábamos al kiosko de un señor, donde el Pipe me dijo que iban todos los días a capear clases. Llegaba ahí y estaba el Tomás, el Pipe, el Toro, el Mauro, el Cono, el Linus, el Keko y más weones que no conocía. Estaban todos tomando chela, viendo un partido de la U con el Colo. "Fefa, tú nicagando vay en el Carmela". "Weón sí, mis papás me cambiaron pa acá". "Fefa, no XDDDDD". "Pipe culiao sí, si no, ¿por qué estaría acá?". "Puta no sé, ¿pa ver al Linus?". "Chistoso k9". "Puta, ¿cuánto querís apostar a que no vay acá?". "Lo que querai, porque ahora sí voy en el Carmela". Entonces el Pipe, el Linus, El Mauro y el Toro apostaban 2 lucas cada uno a que yo no era del Carmela. Yo me devolvía al Carmela porque tenía que volver a clases y para demostrarles que en verdad iba ahí, y ganarme 8 lucas. Al llegar a la entrada el portero me hacía una orden. Yo le dije que no estaba ni ahí con pescarlo porque no tenía por qué mandarme. Entonces me dijo algo, y yo solo entré. Me trataba de amarillista por entrar al Carmela, otra vez en toma. La weá estúpida. Entonces yo me daba vuelta, me lo paseaba a dos manos y le gritaba: "POR EL BORDE, AWEONAO!". En ese momento en vez de ser la Fefa, me llamaba Tere Contreras Salinas. Entonces empezaban a gritar cosas en contra de la Tere. El portero, y todas las demás minas y minos que estaban afuera del Carmela. Parecían amaestrados. Y yo no sabía si sentirme mal porque en verdad me gritaban las cosas a mi, a mi persona, a mi cara que no olvidarían; o por si estaban ensuciando el nombre de Tere Contreras Salinas, que en verdad no era yo. "Yo te presto mi nombre, pa que no te webeen esos giles culiaos", me había dicho la Tere. Entonces yo me sentí mal. Y Caminé hasta las salas. Por esas 5 cuadras interminables de caminos, pasillos, y placitas. Me encontré con una niña rubia y alta que había visto una vez. Estaba haciendo una lista de todo lo que habían gastado en el Carmela durante los 5 meses de toma. Lo que tenían que pagarles a ella, porque habían gastado de su bolsillo. Pasó una típica mina sacando fotos con su cámara cara. Otra andando en Skate. Me aburrí y caminé otra vez a las escaleras para subir a la sala. Llegué arriba y habían en vez de salas, una galería. Miré hacia abajo y había un espectáculo o una carrera de autos. Aparecía en una calle rara. Como cercana a la vega. Al lado de un kiosko. Iba con el Cono. Hacíamos unas molotov y se las tirábamos a los pacos. Corríamos. Nos fumábamos un porro. Después iba en una micro. "Está lleno de circos por todos lados", decía el Mauro. "Sí". Le decía yo. "No entiendo por qué, si es verano, no es época de circos. Ya no es Septiembre". Decía alguien. Yo pensaba lo mismo. "No importa, igual es hermoso", decía la Tita. Pasábamos junto a uno que tenía la carpa a medio armar. O medio desarmar. Llegábamos de noche a otra que era de color azul. Y en vez de las típicas franjas de otro color que llegan al centro, tenía unas ondas blancas. ¿Cómo habrán hecho esa carpa?. Me pregunté todo el rato. Debió haber sido difícil coserla. Entonces entrábamos y subíamos todos de una al trapecio. Era como un taller. "Ya Fefa, te toca". Entonces yo me agarraba del trapecio y me lanzaba. Y volaba a gran velocidad. Y trataba de hacer esos típicos movimientos de los trapecistas pa tomar vuelo. Pero no podía doblarme. Llegaba a la plataforma otra vez y me quedaba de pie ahí. Se lanzaba otra mina. No recuerdo quién. Mientras por el lado, la Mayerling se balanceaba en un aro que giraba, que también era un trapecio. Hacía una acrobacia super profesional y yo quedaba maravillada. Yo tenía miedo de que se cayera, y el trapecista, con su traje raro, me abrazaba y me tomaba de la mano. "Tranquila Fefa, todo va estar bien, no le va a pasar nada". Y me acordé del día del accidente de la bicicleta. Entonces llegaba una trapecista, me tomaba y comenzábamos a girar por la carpa. Ahora estaba lleno de gente que aplaudía. Y todas mis amigas hacían de trapecistas. En los trapecios normales o en las argollas que giraban. Yo giraba junto a ella mientras ella corría por la carpa, apoyándose en la orilla, agarrada de una cinta negra. "¿Por qué no dejai que te lleve yo". Me decía la Mayu, triste. "Porque estoy con ella", le respondía yo. Luego de eso, salíamos. Mientras todos en el circo sonreían. En ese momento salían los payasos a escena. "Ya sé, se me ocurrió la media idea!", decías tú. "¿Qué cosa?", te preguntaba yo. "Hagamos un circo po. Onda Yo, el Linus, la Tita y tú". "oh sí, yo puedo hacer monociclo", decía Linus. La Tita me decía lo de contorsionista y blá. Comenzaban a hablar en segundo plano mientras yo miraba los payasos. "Yo seré payaso, porque no sé hacer ninguna otra weá. Soy terrible inútil pa hacer circo", dije yo interrumpiendo. Tenía ya ese ánimo de pena. Trataba de reír, pero sonaba fingido. Volví al Carmela. Me encontré con ella. Y me dijo "apuesto a que no te atrevís a comerme...". Y yo le respondí "No te voy a comer, porque no me gustan las minas". Usabamos delantales azules cuadrillé. Como los que usamos en el uno. "Trata de seguir pensando en eso". Me dijo ella. Desafiante. Mientras me miraba fijamente como dijo que lo haría. Comencé a dudar. Subimos a las salas que habían vuelto. Estabamos afuera y me dijo ahora. Yo la miré a los ojos y la besé con harta pasión. Fue raro. Llegó la profe que nos haría clases. Yo la veía llegar y la soltaba. La empujaba lejos de mi y entraba a la sala corriendo. Empujando mesas para esconderme al final y que no nos hayan visto. Miré hacia afuera y ahí habían dos minas comiéndose delante de la misma profe. "Señorita Alyn, si quiere hacer demostraciones de cariño con la señorita, vaya a otro lado". Entraba la profe a la sala como si fuera lo más normal. ¿La Alyn?. ¿Qué chucha?. Yo me limpiaba la boca con el antebrazo y me daba asco. Salía de la sala y me iba a un baño a seguir tomando pastillas. "Fefa, déjate de tomar weás :s ese no es el camino :/". Era la voz del Mauro. Luego del Linus. "Deja de tomar esas weás, Fefa, te hacen mal". "Déjame weón, yo tomo lo que quiero".
Tú te quedabas ahí, de pie. Mientras todas las demás minas entraban y salian de la sala a mucha velocidad. Tu seguías ahí, respirando lentamente, mirándome. Yo me quedaba en shock, de pie también. Me sonreías. Tú con tu uniforme, zapatillas de cuadritos y tu chasca larga. Por la chucha.
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