Se voltearon para verse el uno al otro. Josh a la derecha y su novia a la izquierda.
- Jenna, aceptas a Joshua Neil Farro como tu legítimo esposo…
Eso fue lo único que escuchó antes de que sus oídos, dejaran de oír las solemnes palabras del padre. Su corazón despertó de la agonía y comenzó a latir muy fuerte.
- Sí, acepto – respondió la novia, con los ojos cristalizados en la emoción.
- Josh, ¿Aceptas a Jenna Rice como tu legítima esposa, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Su corazón dejó de latir. Lo miró a los ojos, sabiendo que él no podría hacer caso omiso de esto.
Josh la miró, parpadeó, dijo adiós a todo, volvió sus ojos hacia el padre y respondió:
- Sí, acepto – luego miró a la novia y le sonrió.
Hayley ya no podía soportarlo. Aquellas dos palabras, ínfimas conjugaciones, habían caído sobre ella como cuchillos de hielo. Su corazón latía lentamente, como dando los últimos suspiros. Miró el suelo y cerró los ojos.
Los novios dijeron sus votos y sellaron todo con los anillos, mientras no dejaban de mirarse llenos de ansia.
- Si alguien desea oponerse a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre – fueron las palabras del padre.
Todos miraron a su alrededor, buscando alguien que decidiera ponerse de pie e impedirlo todo. Inevitablemente, dirigían su mirada entre idas y vueltas hacia Hayley, quién aún permanecía con sus ojos cerrados.
- ¿Hablarás ahora? – le preguntó al oído Taylor. Hayley abrió los ojos y los dirigió a Josh, quién la observaba con nostalgia y confusión.
- ¿Nadie? Está bien. Entonces bajo la mirada de Dios y frente a todas las personas aquí presentes, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.
- Disculpe – dijo Hayley, tratando de escapar de ahí, pasando con rapidez entre la gente. Salió por un pórtico del costado, al patio; y logró respirar otra vez.
Sintió que sus compañeros felicitaban a alguien y abrían una botella champaña. Así que dejó el notebook sobre su cama y se dirigió a la sala del autobús.
- ¿Qué ocurre, porqué están todos tan felices? – preguntó Hayley con una sonrisa.
- Ten – dijo Jeremy mientras ponía en su mano una copa de champaña burbujeante, recién servida.
- Tenemos una gran noticia – dijo Zac
- Ah que bien, ¿Cuál es? – preguntó la chica emocionada
- Dile tú, Josh – dijo Zac
- No, no. Creo que después.
- Vamos, dile – insistió Jeremy
- Dilo. ¿Cuál es la buena noticia? – preguntó otra vez Hayley, mientras Josh no sabía cómo enfrentar el momento.
- Bueno. Lo que ocurre es que Josh, va a casarse son Jenna.
- ¿Qué? – preguntó Hayley con el rostro muy pálido. Josh, solo la miraba.
Era capaz de dejarlo ir para que fuese feliz. Era capaz de renunciar a lo que sentía, por su propia determinación.
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