miércoles, 3 de abril de 2013

apología del héroe (al amor más vivo que muerto).

Hoy mientras iba en el auto de camino a mi casa, me puse a pensar en el sueño que tuve.
Aquel sueño en que te encontraba tal cual como eras antes.
Y donde luego de mirarnos unos instantes te acercabas a mi y nos besábamos.
Y el beso era más real que ficticio.
Ahí no supe si besé los labios de mi futuro, o si fue solo una ilusión mental.
Fue real, lo sentí, y me sentí mal.
Y no lo disfruté porque el sentimiento de traición me partía el corazón.
No entendía nada.

Miraba hacia delante la luz de los focos que alumbraban la oscura carretera, y mientras pensaba en la muerte típica en que el cinturón de seguridad te hubiese salvado la vida, vinieron a mi mente un par de cosas.
Rememoré el sueño y vi que tu cara estaba algo confundida.
Y que yo también estaba confundida.

Pensé el porqué del sueño, y bueno... era bastante obvio y cotidiano.
Y luego pensé que por qué el sueño tuvo que ser así.
Por qué mejor no simplemente nos decíamos hola.
Y recordé la penúltima vez que nos vimos, y recordé  tus ojos, como me mirabas.
Y recordé todo... sobre todo cómo me mirabas y cómo sonreías... y tus ironías y tu sarcasmo.
Y las pequeñas e inconclusas posibilidades que me hubieran favorecido si hubieran tenido intencionalidad.

Recordé que tú eras "the hero" y "the only one" en mi voz cuando versaba canciones de Yellowcard.
Tarjeta amarilla, precisamente en eso se basa todo, y en eso se basará hasta el día en que lo asuma.
Y pensé en que si te hice dueño de los versos ahora caben dos posibilidades: uno, fueron falsos; o dos, todo este futuro acabará y terminaré volviendo a llenar este diario de vida.

Y me sentí inmensamente mal, y recordé que eras (the hero), spidey, que eras todo.
Por algún motivo no veo de tan mala forma las estupideces que se me vienen a la cabeza, no me sentiría mal por mi, me sentiría mal por él, y por echar a la basura todo.
En verdad si me sentiría mal de perder todo lo que tengo, y me sentiría mal de que para no perderlo, tuviera que mentir incesantemente.

Recuerdo la obra que vimos, y que yo lloraba. Y fue un lindo día, y me sentí más que tú, por primera vez.
Sentí tu miseria y no la mía.
Ahora creo que volví a sentirme inferior, creo que para ser exacta un 1% inferior a ti.

(...) te quiero mucho 
(...) te quiero también,

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