Llegó el día que tanto esperaba. Mañana fría, pero no lo suficiente; obscura y sin rayos de sol aún. La luna llena. Sí, creo que estaba llena. Como la super luna que nadie pareció distinguir. De pié esperando la micro. Ya casi sin esperanzas.O sin si quiera tratar de encontrarlo. Al frente. Sombras. Obscuridad. La luces de la calle y de los autos iluminan lo que alcanzo a ver. Un niño. Dos. Uno pequeño. Otro Alto. Gorro negro de lana, tupido hasta casi los ojos. Se nota su cabello largo, negro. Jeans negros, zapatillas negras con suela blanca. Polerón negro con cierre metálico plateado... cierre metálico... giro la cabeza al frente. Proceso. Vuelvo la cabeza otra vez. Se acerca; y aunque no lo pareciera, era él. O bien lo que quedaba. O lo que era ahora.
De pié frente a mí. Vegas. No da resultado. No era el mismo sujeto con gorro negro de TDWP. No eran sus ojos. Casi se había desfragmentado por completo. Creo que lo comparé con un recuerdo. Con la "idea molde" de Platón. Los elementos tangibles son falsos,sufren transformaciones en su creación. Son imperfectos, mutables y finitos... finitos. Los sentidos nos engañan. Lo que percibimos es a lo que logramos llegar. La idea permanece. Se busca el ideal. Poco probable de alcanzar. Perfecto, inmutable e infinito... infinito. Acabo de entender la teoría de Platón. Ya no me parece tan absurdo. Pero hay sentimientos y creencias en juego. No puede se racional. O quizás lo es la forma de analizarlo.
E.G.O. Desde el día en que te vi. Y nada da resultado. Miro su espalda. Trato de recordar sus ojos. De rememorar el recuerdo. Para la micro. Se da vuelta. Me mira a los ojos y vuelve la vista al frente. Fracción de segundos. No logro actuar. Despierto unos latidos después. Lo miro. No, definitivamente no era la persona que esperaba llegara caminando de esa interminable calle, me mirara a los ojos y tomara la micro. No eran esos ojos profundos de un solo color, que decían nada y todo. Adiós Josh Farro. Adiós amor platónico. Platón, otra vez. Acabo de entender algo más. Platónico: que busca la perfección intangible en algo imperfecto, vanal, ordinario y finito. Bendito Platón. Maldito tiempo. Maldita incapacidad de hablar. Inseguridad. Otra lección que aprender.
"Quizás no fue él quién cambió; talvés fuiste tú quién creció, quién maduró y dejó de considerarlo el ser más perfecto de la tierra". Sabias palabras. No, esta vez no fue Platón. Pero fue la persona que me dio la clave. Lo que pude entender. Las palabras que me calmaron. Que me sacaron del shock. Y me doy cuenta, que esta puede ser la última vez que escriba sobre esto. Sobre aquel motivo que me convenció de escribir aquí. Ahora se extingue. Y estas serán las últimas frases que dirija a su presencia. La última vez que escriba sobre él; porqué es practicamente la última vez que piense en él. Ya ni siquiera intento recordarlo. Aunque creo que la ponzoña no se aliviará del todo. Espero que no. Espero el tiempo. Pero es poco probable.
Gracias también a tí, por hacerme no olvidar esto y escribirlo. Por recordarme que esto existía. Lo prometí y aquí escribo.
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