domingo, 7 de septiembre de 2014

Nosotros no somos ni un punto, de tiempo en el otro verdal



A veces se me olvidan tus ojos
y tengo que cerrar muy fuerte los míos para recordarlos
ese color café anaranjado, o por lo menos así los veo yo.
Tus ojos que se pierden bajo ese pelo
y tu sonrisa y tus labios que nunca dicen nada serio.

"De todo lo que tu acostumbras soy contradicción"

Te amo, te amo, te amo
"Yo cacho que tú tenis que sacar tus propias conclusiones, si te cela, y te busca, igual no sé, hay algo raro ahí"

Ya cagué, ya volví a lo mismo.
Y ya me rendí como simpre.
Ni siquiera sé por qué me gusta,
no me ha hecho nada, más que decirme te amo...
Y ser.
Y estar.
Y no irse nunca.
E ignorarme.
Y sacarme celos.

Quizás te quiero así, sin tenerte por completo
pero algo...
si la conoces no sé qué será de mi
típico que se va todo a la cresta
así que voy a aprovechar lo más que pueda de mirar tus ojitos,
por si no los veo más, para que no se me olviden...
y recordarlos todas las mañanas cuando aún no despierte.

En estos momentos en que me siento en la nada
y cada vez hay más droga en el camino
no puedo evitar mencionar que me dedico a recordar tus ojos
porque vuelven con mucha más facilidad cuando no distingo bien la realidad
y te veo, fuerte y claro, mirándome, solo mirándome
y yo me voy allá, a ese no-recuerdo, y no quiero despertar más.

Te amo, ya no sé ni cuánto vale esa palabra, pero te amo... creo (segura).

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