
Hoy hizo frío. Fue raro. Tomé la micro temprano. A las 7:15. Y no me importó. Reconozco que no me fue indiferente. Pero ya daba igual. Todavía tenía rabia. Así que solo me paré en la micro y escuché música. Hasta llegar ahí. Hasta que se bajó y lo ví. Hasta que lo miré cuando se fue. Y en lenguaje pasaron el romanticismo. Movimiento cultural, literario y artístico. Literatos que tendían al suicidio. Vida sin razón de ser. Equivalentes a los emo de hoy en día. Y los paisajes. Se ajustaban al sentimiento que se expresaba. Tristes, lúgubres, tenebrosos y oscuros. Acompañaban el sentimiento de vacío e inexistencia. Como los cementerios. A ellos les gustan los cementerios. El sentimiento prima ante la razón. Por eso cada quien siente lo que quiere. Óleo. Un hombre se suicida, doblemente. Se lanza de un precipicio y se entierra una daga en el corazón. De fondo una joven ahorcada. A cuyos pies perece otro sujeto también ahorcado. ¿Fallezcamos juntos?. Bueno, tú primero y luego me bajas y te ahoracas tú. De acuerdo. Y deja atrás la ciencia, el arte y la religión. Buena clase. Romanticismo. Me identifiqué con un período. Un tipo específico de escribir. Perteneciente a un movimiento. Soy emo. Lo sabía. Solo me quedaba confirmarlo. Eso quiere decir que inevitablemente algún día tendré tendencias suicidas. Escribiré historias con paisajes alejados, brutales y negros. Ahorcaré a mis personajes. Le pediré a la vida, muerte o el demonio que me lleven a un lugar lejos de esta tierra injusta. Llévame de esos ojos. De todas esas mañanas sin un fin. Del viento. Yo amo el viento. Y resulta que también es suicida. La lluvia. El cielo nublado. Como hoy. Nublado. Frío y viento. Ahora lo entiendo todo. Se supone que el día me diría el resultado de hoy. Lo recordé todo el día. Me encanta. Más de lo que creía. Y solo por la razón terrenal e inmediata, a la que no pienso arriesgarme. Ya no sé. Mejor vivir con al ilusión y los sueños. Porque siempre encuentro una excusa. Porque siempre juego a las expectativas/realidad. Como en 500 days of summer. Resulta que es algo por el estilo. Él creía demasiado en el amor. Ella no. Ella lo pisoteó en el suelo. Él siguió amandola. Él mandó todo al demonio y dejó de creer en que el amor infinito existía. Ella se casó. Se vieron sentados en esa banca por última vez. Él conoció a Autumn. Y aquí vamos de nuevo. La historia de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
hueás que piensa la gente