domingo, 30 de enero de 2011

Porcentaje.

Calles que duermen. Las luces que alumbran solo lo que les es permitido por la niebla. Pero el movimiento sigue. De aquí para allá en sectores. Silencio y calma en otros. Donde es más oscuro. Donde más se duerme. De pronto un solitario transeúnte interumpe la quietud. Pero va de paso. Un joven alto con polera de Misfits. Una mujer que pasa a su lado lo mira con deprecio. Con rostro moralizado. Habla para sí. Y él solo sigue su camino. Qué le importa el mundo. El exterior. Bien consigo mismo y con lo que eligió ser. Diferente. Oscuro. Incomprendido. Carroña de la sociedad. Sociedad que pretende ser moral. Llena de prejuicios. Sociedad que con la desaprobación de un joven como este, cree poder llegar a la cúzpide. Me gustaría bajar de la micro y caminar. Recorrer el mismo camino. A oscuras mientras veo las luces de la calle. Amarillas y blancas. Ruido de la calle. Y más allá el sonido del viento moviendose. Caminando sin apuro. Acallado por la humanidad. El frío. Un poco no nos vendría mal. Caminar por ahí con alguien que te entienda. Que le guste lo que eres. Porque dejaste de esconderte. ¿Por qué no encontrar alguien así?. Delirio. Ese día. Lo espero cada vez más. Cincuenta y cincuenta. Aunque más bien veiniticinco y setentaicinco. Incluso un número decimal periódico impar. Pero bueno. Existe la posibilidad. Y la espero. Más que nada en este mundo. Fue mi deseo de cumpleaños. Se supone que si es tu cumpleaños, se cumple. Se supone. He mirado hacia ese camino más de 20 veces. Muchas más. Cada vez que llego ahí. Y siento que es la persona que estoy buscando. Lo presiento.

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