
Las cosas definitivamente no salen bien... o por lo menos no como lo esperaba.
Cada esperanza que se presenta en el camino, de alguna u otra forma desaparece, luego regresa y luego vuelve irse para siempre. Quizas es mala suerte, o quizas mi destino este escrito así, porque aunque lo intente y lo intente, nunca nada saldrá de la manera en que lo había planeado.
Lo único que me sirve en estos momentos para tratar de entender lo que pasa o remontarme a algun momento en cual me sentí bien o creí que un ápice de felicidad se acercaba, es la música.
La música me recuerda a las personas, me recuerda etapas en las que mi vida era como yo quería que fuera, o las cosas resultaban de acuerdo a lo que yo había planeado. Eso aveces me resulta bueno, me hace sentir mejor... pero en otros casos es malo que eso ocurra. Debe ser que ese simple sonido se asimila de igual forma en la cabeza y en el corazón. Puede ser un acto inconsciente, o puede ser un acto forzado, pero de cualquier forma es difícil asimilarlo de una manera distinta.
Escuchar por lo tanto, algo que te haga recordar, puede resultar un acto suicida. El corazón late de manera distinta, todos tus recuerdos vienen a la cabeza y comienzan a pasar uno a uno, como una película de tu propia vida, en la que te gustaría decir corte y volver a comenzar.
Talvez no sea un acto suicida, sino, solo una forma de hacerte aprender que la vida no es como quieres que sea y te hace recordar todo, una y otra vez, hasta convencerte de que aveces se gana y aveces no.
Ese es mi caso. Trato de convencerme todas las veces que sean necesarias, de que todo está planeado de alguna forma y que nada cambiará porque yo lo quiera o desee. En este momento voy a pensar en eso, escuchando la misma canción, que me dió la inspiración para escribir esto... sí, la canción que me recuerda a una persona...
Chan, Chan, Chan!!!
ResponderEliminarque bueno tu final
fefita que lindo escribes *.*